Quería poner en la puerta de su tienda un letrero para que la gente entrase sin llamar, pero un error de imprenta crea la confusión entre sus clientes.
lunes, 16 de julio de 2012
La valla.
No está en ningún sitio concreto, no
es fácil ubicarla. Se pierde en la distancia y no tiene puertas.
Hace un tiempo ya que una masa de gente
quiere romperla, pues es el único modo de pasar al otro lado. No
parecen enfadados, ni huyen de nada, y más allá no hay nada que sea
distinto a lo que hay aquí. Así que les pregunto por qué quieren atravesarla y dicen que allí serán felices. Conozco ese sitio, no es
la tierra prometida. “No seas ridículo”, me contestan.
Unas veces están más calmados, otras
empujan con fuerza intentando forzarla. No llevan ningún tipo de
organización, ni estrategia, ni estilo. Se guían por impulsos o
intuición. Tienen que ir allí, lo necesitan, como las aves
migratorias.
Hace unos días que atacan con mucha
fuerza. Creo que ahora son más. Algunos han intentado escalarla pero
caen antes de llegar arriba, es demasiado alta. Parecen desesperados.
Me molestan, hacen mucho ruido y no me dejan dormir.
Por eso puse ahí esa valla. Porque me
temo que si llegan a donde quieren llegar no dejarán de incordiarme.
Están empezando a derribarla y no sé
si quiero reforzarla. Ya me están cansando y en el fondo tengo curiosidad por ver si son
ciertas esas historias que cuentan.
Me haré el despistado cuando les oiga
entrar.
jueves, 5 de julio de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
Would you still remember me?
Hoy me he enamorado de nuevo.Todo me gusta de ella. Su forma desinteresada de vestir; la manera delicada con que se aparta el pelo por detrás de las orejas; su sincera sonrisa y su contagiosa carcajada; su profunda mirada que hace sentir vértigo.
Estamos en su casa. Tirados sobre la alfombra compartimos una botella de vino mientras analizamos la letra de mi canción preferida (que resulta ser la suya también). Compartimos gustos musicales y nos sorprendemos recomendándonos temas desconocidos. Ella dice que la canción habla de un amor imposible, que él la deja para no hacerle daño en el futuro, pero que la ama. Yo digo que él en realidad se muere y escribe su despedida. No sé como hemos llegado a este debate. Ni importa.
De pronto, se levanta y va hacia el armario donde tiene sus discos. Afuera hace frío pero ella va descalza, no le importa. Está cómoda. Me quedo embobado con su conteneo al andar. Es hipnótico. Tan fluido y armonioso. Saca de su pequeña colección de vinilos un disco que no alcanzo a ver. Lo pone en su antiguo tocadiscos, coloca la aguja con sumo cuidado y se gira sonriendo. Me mira quieta, intentando disimular una pequeña sonrisa con la mano. Se me escapa un "¿Qué...?" antes de que empiece a sonar la canción. Suena el primer acorde de Freebird y me vuelvo loco. Se ríe con los saltos de alegría que empiezo a dar por la habitación. Hago un baile ridículo y ruedo dos veces por el suelo. Me quedo ahí tirado, entre el vino y mis acrobacias me he mareado un poco.
- Anda, levanta tonto. -me ayuda a levantarme, aún riéndose.
- No sabía que tuvieras este disco.
- Me gustan los vinilos, pero rara vez los escucho. ¿Te gusta?
- Me gustas.
Me besa. Sin darnos cuenta, estamos bailando abrazados.
- If I stay here with you, girl...
- ...things just couldn't be the same
Nos besamos y me arrastra al suelo. Nos hacemos uno. No se sabe donde acabo yo y donde empieza ella. Besos, caricias, lametones, gemidos, arañazos, mordiscos, sudor y más gemidos acompañan al solo de guitarra de la canción.
Me he enamorado de ella y ni siquiera lo sabe. Ni lo sabrá. Cierra el libro que estaba leyendo y se va. Me quedo mirándola mientras el metro me aleja de ella. Sonrío mirando al suelo.
Vaya, voy a llegar tarde a casa... tengo mucha faena por hacer aún.
Estamos en su casa. Tirados sobre la alfombra compartimos una botella de vino mientras analizamos la letra de mi canción preferida (que resulta ser la suya también). Compartimos gustos musicales y nos sorprendemos recomendándonos temas desconocidos. Ella dice que la canción habla de un amor imposible, que él la deja para no hacerle daño en el futuro, pero que la ama. Yo digo que él en realidad se muere y escribe su despedida. No sé como hemos llegado a este debate. Ni importa.
De pronto, se levanta y va hacia el armario donde tiene sus discos. Afuera hace frío pero ella va descalza, no le importa. Está cómoda. Me quedo embobado con su conteneo al andar. Es hipnótico. Tan fluido y armonioso. Saca de su pequeña colección de vinilos un disco que no alcanzo a ver. Lo pone en su antiguo tocadiscos, coloca la aguja con sumo cuidado y se gira sonriendo. Me mira quieta, intentando disimular una pequeña sonrisa con la mano. Se me escapa un "¿Qué...?" antes de que empiece a sonar la canción. Suena el primer acorde de Freebird y me vuelvo loco. Se ríe con los saltos de alegría que empiezo a dar por la habitación. Hago un baile ridículo y ruedo dos veces por el suelo. Me quedo ahí tirado, entre el vino y mis acrobacias me he mareado un poco.
- Anda, levanta tonto. -me ayuda a levantarme, aún riéndose.
- No sabía que tuvieras este disco.
- Me gustan los vinilos, pero rara vez los escucho. ¿Te gusta?
- Me gustas.
Me besa. Sin darnos cuenta, estamos bailando abrazados.
- If I stay here with you, girl...
- ...things just couldn't be the same
Nos besamos y me arrastra al suelo. Nos hacemos uno. No se sabe donde acabo yo y donde empieza ella. Besos, caricias, lametones, gemidos, arañazos, mordiscos, sudor y más gemidos acompañan al solo de guitarra de la canción.
Me he enamorado de ella y ni siquiera lo sabe. Ni lo sabrá. Cierra el libro que estaba leyendo y se va. Me quedo mirándola mientras el metro me aleja de ella. Sonrío mirando al suelo.
Vaya, voy a llegar tarde a casa... tengo mucha faena por hacer aún.
martes, 22 de noviembre de 2011
Elecciones: El juego
Estoy
harto de que, después de unas elecciones, el partido político que
sale elegido dice que ha ganado ¿¡¿Ganado?!? El pueblo, la mayoría
de votantes*, ha decidido que eres la mejor opción para que les
representes y lleves las riendas del país. No se trata de ganar o
perder como si de un deporte o un juego se tratara.
- Cuando uno gana en un deporte es porque se ha esforzado en conseguir su objetivo y cuando se elige un nuevo gobierno es porque se espera su esfuerzo para el bien común.
- Si ganas en un juego de azar es mera suerte y, aunque su nombre salga de los papelitos que hay dentro de una urna, no es por fortuna, es por confianza.
*La mayoría de votantes no son la mayoría
de los ciudadanos como los jugadores creen
Quizás para ellos sí que es un juego:
INSTRUCCIONES
OBJETIVO
Convencer a la mayoría
del censo electoral de que eres la mejor opción
REGLAS
Durante dos semanas se
puede usar cualquier artimaña. Decir la verdad, mentir u ocultar tu
programa dependerá de tu estrategia a seguir.
FIN
DEL JUEGO
El día de las elecciones
quien obtenga más votos es el ganador.
A priori, todos los demás
también ganan, pero no pueden celebrar más que el que tiene mayoría.
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